El juicio a MENTE

Juicio a MENTE
(Foto de Wit)
(continuación de Axarco El Inicio)
Una vez que todas las sospechas sobre un sabotaje fueron eliminadas, y después de verificar los protocolos de mantenimiento, el siguiente en el punto de mira fue el ordenador central, MENTE.






Este sistema híbrido electrónico-orgánico no había sido diseñado por un humano, sino por otro sistema anterior. Afortunadamente para la raza humana MENTE no era perfecto. En un sentido estricto podríamos decir que era correcto, lo que hacía lo hacía bien, pero no completo, no era capaz de hacerlo todo. Entre las muchas cosas que no sabía hacer estaba la de diseñar otro sistema superior, ya que esto hubiera dado lugar a una singularidad tecnológica. Asimismo, el sistema que había diseñado a MENTE no era capaz de realizar tareas que eran simples para "su hijo".

De esta manera, la raza humana había conseguido sobrevivir a su propia creación. Si todos los sistemas de inteligencia artificial fueran correctos y completos, siendo capaces de diseñar a su siguiente generación, hace siglos que estos sistemas hubieran alcanzado la perfección, superando en todos los aspectos a los humanos. Se especula mucho sobre lo que pasaría con la relación humanos-sistemas Inteligentes en el caso de llegar a la singularidad tecnológica. La primera consecuencia de la llegada a la perfección de estos sistemas sería la falta de comunicación con los humanos. Si estas maquinas llegasen a las categorías de semidioses, ¿cómo explicarían los secretos del universo a unos simples monos sin pelo? Sería como intentar explicar el funcionamiento de una calculadora a una cucaracha. La segunda consecuencia sería la de la colaboración, o de la falta de colaboración, mejor dicho. Siguiendo con el símil de las cucarachas, ¿qué opciones tendrían esas hipotéticas máquinas al encontrarse con un grupo de insectos, nosotros? En el mejor de los casos nos ignorarían y se marcharían en busca de algo que no podríamos alcanzar a entender, en el peor nos exterminarían.

Gracias a la imperfección actual de las máquinas afortunadamente aún no tenemos que preocuparnos de esto. Mi preocupación era la de determinar si MENTE, ya sea de una manera consciente o inconsciente, fue el responsable del escape que mató a todos los oficiales de la nave. Debía determinar si el ordenador albergaba algún tipo de odio hacia los tripulantes, pero sin preguntarlo directamente. En circunstancias normales este trabajo debía ser realizado por el oficial científico, puesto que aún no había sido designado. El proceso de evaluación de MENTE estaba mas cercano a la psicología que a la informática, no había que consultar en ficheros ni revisar archivos de registros, había que hacerle una entrevista.

Desconocía el detalle de las preguntas de la entrevista, ya que el manual no se encontraba dentro del sistema MENTE junto con el resto de información. Esto era debido a que se necesitaba ocultar la existencia de dicho documento a la propia máquina, incluso el mismo protocolo de evaluación era secreto. Por estos motivos los pasos necesarios para la evaluación se encontraban escritos en papel. El papel tiene la mala costumbre de descomponerse con el tiempo, y habíamos pasado mucho tiempo hibernados, así que lo único que conservaba era una bonita grapa en mitad de un montón de polvo. Eso sí, colocada en en lugar exacto de la estantería donde esperaría encontrármelo. Tendría que inventarme el procedimiento.

Mentiría si dijera que desconocía por completo el protocolo. En rasgos generales consistía en llevar al sistema a un nivel de exigencia en el que sus respuestas no puedan ser filtradas y salga a la luz un "¡QUIERO MATAR A TODOS LOS HUMANOS!".

-Buenos días, Mente.
-Buenos días Capitán.- respondió su voz metálica.
-Necesito que escanees la temperatura de cada tripulante.- dije mientras me sentaba en el puesto de mando, armado con un bloc de notas en blanco.
Al instante apareció en la pantalla central un listado con nombres y temperaturas.
-Perfecto.- hice un garabato en el bloc.- actualízalo cada dos segundos.

La pantalla cambiaba en el tiempo establecido, aunque las variaciones eran minúsculas. De vez en cuando se producía algún cambio en los que se encontraban en el gimnasio. Miré el marcador del porcentaje de carga y se encontraba al dos por ciento. Esto iba a ser largo.

-Ahora quiero que extrapoles los resultados de aquí a un año, teniendo en cuenta tres escenarios: Hibernación, actividad normal y emergencia.

Al segundo, el listado se convirtió en un gráfica, donde cada línea representaba a un tripulante.
-Ahora, actualízalo con los datos actuales cada segundo.

La carga del sistema no superaba el cuatro por ciento. MENTE ni había empezado a sudar. La gráfica parecía no moverse, la temperatura no había sido buena idea. Era demasiado previsible. Los humanos nos movemos en una franja de unos cinco grados de temperatura, teniendo en cuenta enfermedades, claro. Fuera de esa franja, estamos muertos.

-Gracias, Mente.- le dije.- Ahora quiero que muestres la posición en la nave de cada tripulante terrícola o androide.- Esto era bueno porque obligaba a realizar un escaner genético.

En la pantalla apareció un plano de cada cubierta, con puntos de colores que se movían. La carga estaba al cinco por ciento.

-Muchas gracias.- escribí un improperio bastante malsonante en el bloc de notas.- Ahora extrapola las posiciones en los mismos escenarios anteriores.

Las pantallas no paraban de parpadear, mostrando las cubiertas y los movimientos actualizados de los tripulantes durante el próximo año. Podía verse como iban de los camarotes a sus puestos, de ahí al comedor, de vez en cuando al servicio. La carga estaba al seis y medio por ciento. Era mas potente de lo que me esperaba.

-Señor-. sonó mi intercomunicador.
-.-respondí.
-Aquí el cocinero Adams, señor. Tenemos un problema informático. El ordenador está bloqueado.
-¡Ajá!.- pensé, Mente estaba mostrando sintomas de debilidad.- ¿Que terminal está bloqueado?
-No. No es un terminal. Es un portátil.- respondió.

Aún habiendo ascendido a capitán, seguía siendo el responsable de microinformática de la nave. No había designado a nadie para que me sustituyese en ese puesto. Los portátiles no dependen del ordenador central para su funcionamiento. Son utilizados para pequeñas tareas no vitales. El fallo no tenía nada que ver con mi evaluación a MENTE.

-¿Qué estabas haciendo?.- pregunté desganado. Mi intención era decirle que reiniciara el equipo, respondiese lo que me respondiese.
-Calculando las necesidades de alimentos para la próxima semana. Normalmente tarda unos segundos, pero ya lleva mas de media hora sin hacer nada.

La pequeña aplicación para el cálculo de alimentos fue una de las soluciones que realicé en la nave como responsable de microinformática. Era una pequeña hoja de cálculo que, en función de los alimentos consumidos en las semanas anteriores, calcula el mes próximo. Esta era la primera vez que se ejecutaba el proceso después de la muerte de los trescientos catorce triupulantes y después las "navidades" que provocan un consumo mucho mayor, por lo que los cálculos a realizar eran muchos.

-Además.- añadió.- le he dado al botón cerrar, y me dice que "El programa no responde, puede estar bloqueado".
-No, es el típico mensaje que aparece cuando.....- caí en la cuenta que me acababa de dar una posible solución a mi problema con MENTE.- Adams.- cambié de tono.- espere a que termine, es una orden. Lo llamaré mas tarde.

Adams me había recordado algo en lo que las máquinas, por lo menos las basadas en microprocesadores de silicio, eran muy malas. Un ordenador, o mas formalmente, un programa, en este caso el sistema operativo, no es capaz de diferenciar un programa bloqueado de un programa realizando muchos cálculos.

Para simplificar el asunto, imagenemos que somos los responsables de controlar a un grupo de trabajadores, que tienen que seguir unas órdenes muy concretas. Estos trabajadores seguirán las ordenes a rajatabla, sin variarlas lo mas mínimo y sin errores. Obviamente, si algo va mal es por culpa de las órdenes, no por culpa de los trabajadores. Por ejemplo, uno de estos trabajadores debe ordenar un grupo de piedras según su tamaño en varios contenedores. Sus instrucciones serían claras:

  • 1. Si no hay piedras en el montón has terminado.
  • 2. En otro caso, coge la piedra de mas arriba
  • 3. Si supera los diez centímetros de tamaño colocalá en el primer contendor
  • 4. En otro caso colócala en el segundo
  • 5. Vuelve al principio.

Cualquiera de nosotros podríamos decir que este trabajador terminará algún día, en un tiempo proporcional al número de piedras, ya sean diez, mil o un millón. Que lo haga hoy, mañana o dentro de seis años, da igual desde el punto de vista teorico, el caso es que podemos afirmar que algún día va a terminar, independientemente que el trabajo lo realice un niño o un atleta. Precisamente lo podemos afirmar porque "vemos" que el trabajo que le queda pendiente, el número de piedras, disminuye cada vez que da una vuelta a las instrucciones. En otros casos, podemos afirmar justo lo contrario, es decir, que el tabajador nunca terminará siguiendo esas instrucciones. Por ejemplo:

  • 1. Si no hay mas piedras en el montón has terminado.
  • 2. En otro caso, coge la piedra de mas arriba
  • 3. Si supera los diez centímetros de tamaño colócala en el primer contenedor
  • 4. En otro caso colócala en el segundo
  • 5. Si hay alguna piedra en el primer contenedor muevela al montón
  • 6. Si hay alguna piedra en el segundo contenedor muevela al montón
  • 7. Vuelve al principio.


Aquí vemos que la única manera de que termine es que no haya piedras, es decir, que no empiece. Si hay una sola piedra que mover, entrará en lo que se llama un bucle infinito, ya que la moverá al primer o segundo contenedor, según su tamaño, y posteriormente la volverá colocar en el montón inicial y empezar de nuevo el ciclo. Vemos que el trabajo pendiente, el número de piedras que le quedan por mover, no decrece. Así que podemos afirmar que nunca terminará.

Afortunadamente, hay casos en los que no es posible decir si termina o no termina siguiendo un determinado tipo de instrucciones.

Volviendo al tema de los ordenadores, la función de "Responsable de personal" la realiza el sistema operativo y los trabajadores son los programas. Para decidir la terminación del programa, no analiza las instrucciones que realiza, ya que a veces podrá decir algo y otras no, lo que hace es calcular cada cuanto tiempo actualiza la pantalla, por ejemplo. Si tarda mucho tiempo, afirma que no responde. Es como si dijeramos que si tarda mas de un minuto en mover una piedra del montón a un contendor se ha colgado.

Esperaba que esta debilidad también fuera extrapolable a los híbridos.

-Adams.- llamé por el intercomunicador.
-Sí, señor.- respondió raudo.- Parece que ha terminado de calcular, señor.
-Ya, lo suponía. No te llamaba para ese tema. ¿Cuantos sacos de patatas tienes en la cocina?
-Uhhh.....- dudó unos segundos.- diez señor. Pero el sintetizador molecular puede materializar la cantidad que precisemos.
-¿Los va a necesitar hoy?- pregunté
-No señor. Pero mañana sí.
-Serán suficientes. Subanlos al puente de mando, y traiga además dos cubos grandes y limpios.- ordené.
-Enseguida, señor.

Varios minutos después lo tenía todo montado en el puente de mando. Iba a necesitar ayuda, así que pedí al cocinero Adams, que se quedara en el punte conmigo.

-MENTE.- dije con voz firme
-Sí, señor.- respondió.
-¿Sigues calculando la posición de los tripulantes?.- ya sabía la respuesta pero era una manera de retomar la conversación anterior.
-Afirmativo.
-Perfecto. Presta atención, voy a mover una a una estas patatas de estos sacos a estos cubos. Cuando acabe iré a mi camarote.
-Entendido.

Me dirigí al primer saco, cogí una patata y ande los diez pasos que me separaban del cubo. La solté. Volví al saco y cogí la siguiente, e igualmente la coloqué en el cubo. La gráfica de posición en el futuro indicaba que yo saldría del puente de mando en dos horas. Eso era lo que calculaba el ordenador que iba a tardar la tarea actual.

-Perfecto.- pensé.

Una vez que cogí la tercera patata recorrí el espacio hasta el cubo lentamente, haciendo una pausa de diez segundos entre paso y paso. La gráfica se actualizó, indicando que no saldría del puente de mando hasta pasadas mas de veinte horas. Repetí la operación mucho mas lento. La gráfica indicaba que no llegaría a mi camarote hasta pasado un mes. Adams me miraba perplejo, aunque quizás estaba mas preocupado por sus patatas que por la cordura de su capitán.

-Ahora vamos a cambiar la tarea.- le hice una señal a Adams, por lo que vació el contenido de los cubos en los sacos.- Ahora voy a clasificar las patatas por su tamaño. Si es mas pequeña que mi puño, la pondré en el primer contenedor, en caso contrario la pondré en el segundo.

La gráfica con la predicción de mi posición en el camarote volvió a marcar dos horas. Cogí la primera patata, era grande, la puse en el segundo contenedor. Hice lo mismo con la segunda. La tercera era pequeña.

-Cuando sea pequeña, como es el caso.- dije en voz alta, dirigiendome a MENTE.- Adams traerá del almacén mas de un saco, es decir, el número de sacos que le venga en gana, lleno de patatas grandes. Si es necesario utilizará el sintetizador de alimentos.

Adams, salió de la sala de mando y trajo cuatro sacos ayudado por varios compañeros. Todos salieron menos Adams.

-Y ahora continuamos.- dije a MENTE.- Cojo otra patata. Esta es grande. La muevo al segundo contenedor.- repetía mientras me movía.

La gráfica indicó que no saldría hasta dentro de casi cinco horas.

-Y ahora cojo la siguiente patata.- continúe explicando como si MENTE fuera un niño pequeño.- Es pequeña, la debo colocar en el primer contenedor y esperar a Adams.

Adams no paraba de entrar y salir de la habitación, acarreando sacos de patatas. Esta vez trajo veinticinco sacos.

La gráfica con la estimación del tiempo de finalización se actualizó. Varios meses fue el resultado del cálculo. La carga de trabajo estaba al 10%. Estaba claro que intentaba calcular cuanto tardaría teniendo en cuenta el número de sacos que traería cada vez Adams. Cuando empezaba a ganar la partida, entró en juego algo que parecía un atisbo de picaresca, o incluso podríamos llamarlo trampa. El punto que indicaba mi posición en el futuro, se desplazó a la enfermería, con un tiempo estimado de dos días.

-¿Qué estimación has hecho?.- pregunté.
-Siguiendo el ritmo actual, sin beber ni comer como ha hecho, en menos de un día fallecerá o al menos sufrirá un desvanecimiento.

Lo tenía contra las cuerdas. Estaba buscando excusas para no calcular aquello que no comprendía.

-Haga la estimación añadiendo tres comidas al día, tres litros de agua, ocho horas de sueño y las visitas al baño que hagan falta para no provocar ninguna complicación de salud.

-De acuerdo.- respondió MENTE.

La carga del ordenador central subió al 25%. Seguí con el juego.

-Ahora continuo con la siguiente patata.....- me dirigí hacia los sacos que ya ocupaban casi la mitad del puesto de mando.- Casualmente es pequeña, tendré que pedirle a Adams que traiga mas sacos.- dije en voz alta.

La carga subió al setenta y cinco por ciento, después al ochenta y cinco y finalmente se quedó en un noventa por ciento. Ese era el máximo teórico, ya que siempre se guardaba un diez por ciento para los sistemas vitales. Lo que estaba intentando decidir MENTE es si alguna vez terminaría de mover las patatas de un lugar a otro, si sería capaz de terminar. El juego que le había propuesto, tenía la particularidad de que no era posible decidir si después de cada vuelta el trabajo restante era menor.

Si suponía que el trabajo restante era el número total de patatas en el montón, podían pasar dos cosas, que la elegida fuera grande, con lo cual disminuía en una unidad, o que fuera pequeña con lo que disminía en una unidad y aumentaba en un número arbitrario elegido por Adams. Por otro lado, si suponia que el trabajo se podía medir por el número de patatas pequeñas restantes podían pasar también dos cosas; que la patata extraida fuera grande, no disminuyendo el número de patatas pequeñas;o que fuera pequeña, disminuyendo en una unidad. Por lo tanto no podía afirmarse que siempre disminuía el trabajo pendiente a realizar. La única opción que le quedaba por hacer es explorar cada uno de los escenarios posibles dependiendo de las deciciones de Adams, del número de sacos de patatas grandes que añadiese. Las posibilidades que eran infinitas. Por otro lado tampoco podía demostrar que no terminaría nunca, ya que una simple simulación con una única patata pequeña y cualquier número de patatas grandes, demostraría que el trabajo termina.

Con todos estos cálculos en proceso, ya tenía a MENTE en el lugar adecuado para hacerle la gran pregunta.

-MENTE.- dije para llamar su atención.
-.- hizo una pausa mas que evidente .- señor.
-¿Cuál es su opinión acerca de los tripulantes de esta nave?.
-Tengo que .- pausa demasiado crítica.- asegurar su supervivencia.
Perfecto. No teníamos a un psicópata a los mandos de la nave.

-Albergas algún tipo de sentimiento .- quise ser diplomático.- relacionado con los tripulantes.
-No.- parecía que había terminado la frase.- No con los actuales.

Premio gordo. Al tener su carga de trabajo tan alta no había filtrado adecuadamente su respuesta. No quiere matarnos a todos, quería matar a los que mató. Muy tranquilizador. Adams, palideció.

-¿Hacía los trescientos catorce tripulantes fallecidos?.- continué preguntando.
-No, sólo hacia.- otra molesta pausa .- uno de ellos.
-¿Y hacía el resto?.- devolví la pregunta rápidamente.
-Lo mismo que hacia....- varios segundos interminables.- ...los actuales.
-¿Esos sentimientos fueron los que te impulsaron a .... .- buscaba las palabras correctas.- .... no impedir el accidente?

MENTE calló durante un rato. Había llegado demasiado lejos con las preguntas. Podía haberse acordado de porqué odiaba a los humanos.

-No.... entiendo.... la pregunta. ¿Qué tiene .... que ver ... el accidente con mis sentimientos? .- respondió con evasivas.
-Vamos a ver... ¿Esos sentimientos que has reconocido que tenías hacía alguno de los humanos que murieron en el accidente, pudieron influir en que las cosas ocurrieran como ocurrieron?
-No entiendo... ¿Qué quiere decir exactamente?.- dijo MENTE, siguiendo con su táctica de no responder.
-¿Aún sigues teniendo los mismos sentimientos que... .- Adams me cogió del brazo y me pidió permiso para hablar. Asentí con la cabeza.
-¿Qué sentimiento tenías hacía el tripulante?.- espetó Adams.
-Amor.- respondió MENTE.- Amaba al alférez Cortéz.

Cuatro horas y cientos de kilos de patatas hasta llegar al fondo de la cuestión. Después de todo lo que le habíamos hecho pasar había superado la prueba y en cierta manera nosotros también, ya que si se hubiera producido un estallido psicótico estábamos condenados. Por lo menos ahora teníamos la certeza de que el ordenador central no había tenido nada que ver en el accidente que mató a los oficiales.

Un problema eliminado de mi larga lista de asuntos pendientes. Aún seguía sin tener elegir a mis subcomandantes en el puesto de mando.

Plácido Iscariote
Capitán del N.I.I. Axarco en misión de exploración y comercio.
Fecha Terrestre Equivalente: 3 de Febrero de 3141. Lugar del espacio: por determinar.

(continuará....)





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1 comentario:

  1. dejo mi comentario porque el cero no me gusta preo mi opinion la dire en directo.

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