En esta vida moderna controlada por el reloj no podemos dejar de hablar de horas, e incluso de minutos en nuestro día a día. Aunque la división del día en horas ya daría para un artículo completo, me gustaría centrarme en la palabra minuto.
Recientemente, en el trabajo, recibí un correo con el siguiente título en inglés: "Meeting minutes", que viene a significar "Minutas de la reunión". Para ser sincero, yo conocía la acepción de "minuta" referente a los honorarios que presenta un profesional liberal por su trabajo, es decir, la factura del abogado. ¡¿Qué tengo que pagar qué?! me pregunté al leerlo.
Obviamente, existe otra acepción de minuta que se refiere a un resumen o borrador de un escrito, y a esa era la usada en el correo electrónico. Fin del susto, pero, como siempre, me pregunté que tendría que ver con su masculino "minuto", máxime cuando en inglés se usa la misma palabra para ambas, la unidad de tiempo y el resumen.
Afortunadamente, el origen latino de la palabra en ambos idiomas nos permite trazar el origen y ver cómo se pasó de "resumen" a "unidad de tiempo".