Hace muchos años, siendo yo un niño, me mandó mi madre al nuevo supermercado del barrio a por los:
avíos del puchero
Y yo, como todo macho heterosexual que se precie, soy de poco preguntar y me tomo como un agravio a mi masculinidad el hecho de pedir ayuda, me leí uno a uno todos los carteles de la sección de carne en busca de los ingredientes para el puchero.
En primer lugar, al tratarse de una palabra que sólo había escuchado y nunca leído no tenía ni idea de como se escribía. Manejaba varias combinaciones que incluían la h, la v y la b. En segundo, supuse que la terminación de la palabra se había relajado al más puro estilo andaluz, algo así como "terminado" que se pronuncia "terminao".
Con todo esto en la cabeza, digamos que estaba buscando cualquier aparición de las palabras: "habío", "abío", "avío", "havío", "habido", "abido", "avido", "havido".
Al final tuve que pedir ayuda a la amable trabajadora del supermercado, que me contestó condescendiente:
"Los tienes delante. Pone preparado para puchero"
¡Eso era trampa! Mi búsqueda estaba espoleada por la esperanza de encontrar la grafía correcta para esa palabra que nunca había visto escrita.
Además, estaba casi convencido (erróneamente) que debía escribirse "habido" por aquello del verbo haber.
Obviamente al llegar a casa me fui directo al diccionario para salir de dudas. Era avío.
En aquel momento era un joven confuso, así que no investigué el origen de la palabra, por eso lo hago ahora: