Un día especial

Foto de Vanessa Pike-Russel
-¡Buenos días! ¡Buenos días!.- dijo Sandrita, saltando sobre la cama.
-¿Qué sucede?.- le respondió su padre, aún adormilado, buscando las gafas en la mesita de noche.- Son las seis de la mañana, ¡y es domingo!
-Anda Sandrita, querida, duermete un ratito.- añadió la madre sin volverse.

La pequeña niñita pelirroja, con su pelo indomable, más aún a esas horas de la mañana, dejó de saltar y miró a sus padres intrigada.

-Pero, ¿es que no sabéis que día es hoy?
-Domingo, ya te lo he dicho. ¡Y hoy no hay que trabajar, ni ir al colegio! ¡El único día que puedo levantarme tarde!.- respondió el padre, tapándose la cara con la almohada, un signo inequívoco de lo que realmente quería era tapársela a la niña.
-No... me refiero a que día del año.- respondió tranquilamente Sandrita.
-uffff.....catorce de Marzo, y no es ningún día especial.- dijo el abnegado padre desde debajo de la almohada.


-¡Sí, sí!.Es el catorce de Marzo. Es un día muy especial.
-Anda, guapa, acuéstate un ratito y después hablamos.- volvió a decir la madre entre sueños.
-¡Hoy es el día que hay que vestirse de pingüino e intercambiar regalos!
-¿Pingüino? ¿Por qué?.- preguntó el padre, incorporándose y dejando a un lado la almohada.
-Porque hoy es el día de... .- rebuscó una hoja de papel que llevaba en el bolsillo del pijama.-... de la publicación de la primera versión del kenne...kennel...ker... ker-nel...del kernel de linux.- y continuó mirando sonriente a sus padres.
-¿El qué de qué?.- preguntaron al unisono los dos estupefactos progenitores.
-¡Sí! ¡Me pido el pingüino rosa!
-Vamos a ver Sandrita, ¿quién te ha dicho eso?
-Mi hermano.- respondió orgullosa
-¿Andrés? Pero si está estudiando en la universidad, lo habrás soñado.
-Me lo dijo la último vez que estuvo aquí. También me dijo que si no me creeís os enseñe.- volvió a sacar el papel del bolsillo .- esta prueba irrefru... irrefrutra... irrefutrabre... irrefutable, esta prueba irrefutable.

Dicho esto saltó de la cama, se dirigió a los pies y recogió algo que, sin duda, había dejado en el suelo antes de despertar a sus padres. Se puso a la altura del padre y le entregó el bulto.

-¿La videocámara?.- preguntó extrañado.
-Sí, dale al play.

Sandrita salió corriendo de la habitación.

-Cuando termine me llamáis. El hermano me ha dicho que son cosas de mayores y que no puedo verlo.

La pequeña pantalla de la videocámara iluminó el rostro de los padres. Al principio la imagen estaba desenfocada y torcida, a los pocos segundos se enderezó y mostró a los dos hermanos, Sandra y Andrés. La fecha de la grabación indicaba veinticuatro de diciembre del dos mil nueve. Ambos llevaba sendos jerseys de lana rojos con motivos navideños en blanco. La madre apareció desde detrás de la cámara, vistiendo con idéntico atuendo. Les colocó en la cabeza a sus queridos hijos un par de cuernos de reno de gomaespuma. Hizo lo propio con ella misma. La cara de Sandrita mostraba felicidad, la de Andrés no. Para finalizar pintó la nariz de ambos de rojo, así como la propia. La niña se tocó la nariz y el dedo manchado de pintura se lo limpió justo en mitad de un reno blanco de su jersey.

-¡Vamos a limpiar eso!.- dijo la madre, llevándosela al cuarto de baño.- Tus abuelos deben estar al llegar.

Ante la cámara, solo quedaba Andrés, con los brazos caídos y la mirada perdida.

-¿Esto es necesario?.- preguntó desganado, siéndo esa pregunta su única muestra de resistencia.
-¡Claro, hoy es un día especial! .- se oyó decir al padre desde detrás de la Cámara.
-Para mí no lo es, esto un rollo.- contestó el joven.
-Me da igual lo que digas.- el tono de su padre cambió radicalmente.- Hazlo por tu hermana, ella está muy ilusionada con todo esto. ¿No querrás hacerla llorar?

Andrés suspiró hondo, intentando tragarse todas las réplicas que le venían a la mente. A los pocos segundos volvieron a aparecer madre e hija. La cara de Andrés cambió por completo, ahora se veía radiante de felicidad. Al final su padre, dejando la cámara en el trípode, se unió al grupo de los tres renos sonrientes.

-¡Feliz Navidad!.- gritaron al unisono, con entusiasmo.

La imagen cambió y apareció Andrés vestido normal. La fecha de la grabación indicaba el día cuatro de Febrero.

-Bueno, ¿qué mas puedo decir? Sí..... hacedlo por Sandrita. Los trajes de pingüino están en mi armario. ¿No querréis hacerla llorar?


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