Estaba yo pensando que para variar, nos os voy de decir una palabra y después contar la historia de donde viene, voy a hacerlo al revés. Yo os cuento una historia y veremos al final a que palabra llegamos.
Resulta que era el invierno del año 337, y un romano, miembro de la guardia imperial se encontró con un mendigo. Un mendigo de los del año 337, semidesnudo y arrecio, porque era invierno, así que este buen hombre, se quitó su abrigo lo partió en dos y le dio la mitad al necesitado.
Cuenta la leyenda, que esa misma noche Jesucristo en persona se le apareció al Romano, vistiendo la media capa que le había dado al mendigo, dándole las gracias e invitándolo a formar parte de su iglesia.
Este guardia romano se llamaba Martin y a partir de ese momento consagró su vida a la caridad y a la evangelización, convirtiéndose en Apostol de las Galias y Obispo de la ciudad de Tours. Ha pasado la historia como San Martin de Tours, patrón de toda Francia.
Lo que también pasó a la historia y de mano en mano, fue el trozo de tela que le regaló al mendigo, que se convirtió en reliquia y era venerado en el oratorio de los reyes francos.
Esta media capa se podía visitar en un pequeño templo destinado para tal fin y por esas cosas de la metonimia, donde se le cambia el nombre a una cosa confundiendo la causa con el efecto, se pasó a llamar al edificio destinado al culto de la reliquia, por el nombre de la reliquia. Y esta reliquia, era un cacho de tela, una media capa o dicho de otra manera: Una capilla.
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