Sutilezas: Fulano, Mengano, Zutano, Perengano y Periquito el de los palotes

Es común en el lenguaje coloquial usar las palabras fulano y mengano para referirse a personas indeterminadas de las que se desconoce el nombre pero que no aportaría nada a lo que se está contando. Por ejemplo: "El profesor empezó a llamar uno a uno a los alumnos, fulano, mengano... fueron entrando de uno en uno y cuando llegó al final yo seguía allí esperando. ¡No estaba en la lista!".

Fulano, Mengano, Zutano, perengano
Fulano, Mengana y zutanita (de mark byzewsky)

Aquí vemos que detallar el nombre de los alumnos que llamó el profesor no hace más que añadir ruido y no es necesario para lo que se está contando. Así lo sustituimos por fulano o mengano y dejamos claro que los nombres no son importantes. 

Fulano proviene del árabe fulān (فلان) que quiere decir “persona cualquiera” y es el más utilizado de los cuatro, sobre todo para referirse a alguien indeterminado: “Este paquete lo ha dejado un fulano para ti, no ha dicho ni quién era”. Del árabe llegó al español y de allí se extendió a toda Hispanoamérica.

El segundo nombre, por orden de frecuencia de uso, es mengano: también proviene del árabe: man kān, cuyo significado es ‘quien sea'. Por ejemplo: "Me da igual quién te lo haya dicho, si fulano o mengano, la cosa es que es mentira"

El tercero es zutano que proviene de citano y este del latín scitānus cuyo significado es "sabido", en el sentido de "ya sabes quién es" o "damos por hecho que sabemos que quién".

El cuarto, perengano,  es el más reciente y el que menos se usa. No se encuentran raíces latinas o árabes en el nombre, lo que hace que cobre fuerza la teoría de que se trata de una combinación de Pérez (apellido muy común en España) y mengano, del que ya hemos hablado.

Las cuatro variantes aceptan apellido para darle más solera como, por ejemplo,  "Fulano de Tal" o "Mengano de Cual" así como diminutivo fulanito, menganito, zutanito...

Con las variantes en femenino llegamos al machismo inherente en la sociedad que se traslada a la lengua: Fulana tiene el significado despectivo de prostituta, de una mujer cualquiera.

Perico el de los palotes, Periquillo de los palotes
Perico el de los palotes (de Hsing Wei)

El último, "Perico de los Palotes", no está relacionado con los tres anteriores pero también es usado para referirse, más que a una persona cualquiera, a alguien sin importancia ninguna que no es tomado en cuenta.

Proviene del chico que precedía a los pregoneros tocando el tambor con dos palotes (baquetas). Los pregoneros eran personas que al toque del tambor daban a conocer al pueblo las disposiciones oficiales.

En la obra escrita Sebastián de Covarrubias "El tesoro de la Lengua Castellana o Española" de principios del siglo XVII podemos encontrar una de las primeras primeras referencias a Perico el de los Palotes. Covarrubias describe a Perico el de los palotes como "un bobo que tañía con dos palotes (baquetas)".  En primer lugar eso de tocar el tambor para atraer a la gente no requería de grandes dotes para la música ya que cualquier puede generar ruido con el tambor cosa que era el fin último: atraer a las gentes del pueblo para que escuchasen el pregonero. En segundo, el pregonero era el que recibía el sueldo y las propinas y era el encargado de darle su parte a Perico, que ya podemos imaginar que no eran repartidas al cincuenta por ciento. Así, la expresión se usa en señal de indignación cuando alguien se siente ninguneado:  "¿Yo qué soy? ¿Perico el de los palotes?"

Ya seas fulano, mengano, zutano o perengano (pero nunca Perico el de los Palotes), gracias por leerme y no dudes en compartirlo en redes sociales.

Comparte:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Deja tus comentarios aquí, ¡Muchas gracias!

Archivo del Blog

Good Reads

Aniara
La vieja guardia
Enhorabuena por tu fracaso
Alma
El paciente
La emperatriz de Tánger
Apropiación indebida
Joaquín María Pery y Guzmán y aquella Málaga que fue
Homine ex machina
Encantado de conocerme / Pleased to Meet Me
La filosofía de la composición / El cuervo
La historia de tu vida
El desierto de los tártaros
Mientras escribo
El ajedrecista
Rojo
Necrópolis
El anacronópete
El asesinato de Pitágoras
Antologia de relatos de terror


Libros favoritos de MInoría de Uno Sólo »